Cada vez se oye más la Atención Temprana, pero su significado no siempre es bien entendido por todos. En este artículo se explicará qué es, en qué consiste, un poco de su historia, así como de los profesionales a cargo.
La Atención Temprana (AT) son todas las intervenciones en niños de 0 a 6 años, familia y entorno que buscan dar respuestas a necesidades transitorias o permanentes en niños con trastorno en su desarrollo o riesgo de padecerlo. Esta es la definición que da el Libro Blanco de Atención Temprana en el año 2000. Este "Libro Blanco" es la guía más importante donde se encuentran los principios básicos para atender a los menores y familia.
Un poco de historia
Anteriormente en los años 70 se conocía como "Estimulación precoz", cuyo objetivo principal eran niños con algún tipo de discapacidad. Al comienzo se seguía un modelo médico, el cual se centra solamente en el déficit y en cómo corregirlo, sin tener en cuenta al contexto del menor y siendo los profesionales los que toman todas las decisiones. Con el paso de los años va abarcando más "público", por ejemplo, en los 2000 también se atiende a quienes pueden tener riesgo de sufrir alguna afectación futura. También se va involucrando cada vez más a la familia como un aliado a incluir en todo el proceso.
Entonces... ¿Quiénes pueden necesitar de AT?
Niños nacidos de forma prematura (con menos de 37 semanas gestadas), con algún síndrome genético (Síndrome de Angelman, de Down, ...), aquellos que tienen riesgo de padecer un trastorno de lenguaje (como tartamudez o TEL, Trastorno Específico del Lenguaje), autismo, trastornos de la conducta entre otros muchos.
En definitiva es todo aquel niño que presente una desviación de la normalidad o que presente algún riesgo psicobiológico.
Suele ser el pediatra en sus distintos exámenes de salud del menor el que percibe una desviación de la normalidad. También la guardería o centro preescolar puede ser consciente de desfases.
La intervención se divide en cuatro áreas: autonomía, motora, perceptivo-cognitiva y social.
Importancia de la AT.
Temprano significa empezar lo más pronto posible, desde el nacimiento o primeros meses de vida. Ya que en los primeros años de vida surgen más cambios y adquisiciones en el neonato que quizás que en el resto de su vida. Cuanto más temprano se actúe sobre un (posible) problema, menor número de secuelas habrá, así como un mejor pronóstico. Principalmente los dos primeros años de vida del menor son CLAVE para los años posteriores, algo así como los primeros peldaños de la gran escalera que es la vida. En estos dos años se adquiere la marcha autónoma y desarrollo del lenguaje, por ejemplo.
Tampoco hay que olvidar la importancia de la plasticidad cerebral, la cual es máxima en los primeros años de vida. De haber algún daño en el cerebro o en sus conexiones, existen mayores posibilidades de una reorganización. Esta reorganización depende de la maduración de la zona afectada, así como de las zonas que van a "suplir" esa función dañada.
Proceso asistencial.
Entrada: Por pediatra, familia o escuela. Es quien da la alarma de que algo puede estar pasando.
Acogida: Explicación a niños y padres de lo que se hace en AT, los beneficios, etc.
Valoración: Mediante entrevista semi-estructurada, pruebas (como las escalas de desarrollo), datos médicos y escolares,... se trata de recoger máxima información posible.
Intervención. Se elabora un PLAN DE ACTUACIÓN, donde se delimitan el número de sesiones semanales (1-3), así como el tipo de intervención.
Seguimiento (mensual, trimestral o anual): Suele hacerse tras el final de la intervención, o bien un seguimiento sin intervención por la levedad de los síntomas o que no muestra necesidad de intervención.
Objetivo.
Siempre el objetivo es conseguir la mayor capacitación, autonomía y bienestar del menor, así como la familia y el entorno. No se trata de atender al niño como un ente aislado, hay que tener en cuenta todo el contexto. Otros objetivos son:
Reducir los déficits en el desarrollo.
Que el niño tenga un papel activo en el proceso de intervención.
Individualizar cada caso según el propio menor y su familia.
Atender las demandas de las familias.
Adaptar las necesidades del niño.
Lugar de trabajo en la AT.
En los años 90, en Cataluña aparecieron los Centros de Desarrollo Infantil y Atención Temprana (CDIAT), siendo el centro específico donde ocurre la AT. En Andalucía se conocen como Centros de Atención Infantil Temprana (CAIT), siendo donde interactúan tanto el menor, el equipo profesional y la familia. Todo programa de AT debe ser individualizado para cada niño en cuestión. A pesar de que puede haber en un mismo centro 15 niños con autismo, cada niño es diferente, con una familia y entorno distinto.
Las sesiones de los menores puede ser individual o grupal e incluso esta puede ser a domicilio, sobre todo en niños con problemas severos en los primeros años de vida. Cada sesión suele durar entre 40-60 minutos. De igual forma, la intervención ha de estar basada en el juego, siendo motivante para el niño.
En la AT intervienen la participación de tres servicios (Educación, Servicios Sociales y Sanitarios), así como de distintos profesionales implicados (médicos de familia, trabajadores sociales, fisioterapeuta, logopeda, psicólogo, ...). Los tres servicios mencionados utilizan un sistema informático común para comunicarse, llamado ALBORADA.
Equipo.
El equipo mínimo de AT en CAIT varía de comunidades autónomas a otras, pero siempre está formado por AL MENOS 3 PROFESIONALES de las áreas de: Psicología, Logopedia y fisioterapia. El equipo multidisciplinar también puede incluir a: Pedagogía y Terapia Ocupacional (TO). Todos estos tienen formación específica en AT y en desarrollo infantil.
Final de la AT.
Sea cual sea el caso, la familia tiene derecho a un informe escrito, así como a una explicación oral de lo que esté escrito.
Beneficios.
Como se puede dejar entrever, la AT llega a ser crucial en muchos niños debido a que gracias a ello, pueden tener una vida lo más normal posible. Con beneficios en la autonomía, autoestima y adquisición de habilidades.
También la familia nota y agradece estos beneficios, ya que permiten que no estén siempre pegados al hijo, por ejemplo.
Para más información:
Grupo de Atención Temprana (GAT) (2000). Libro Blanco de la Atención Temprana. Madrid: Real Patronato sobre Discapacidad. Pincha aquí para ver.
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