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El mundo de los miedos en Halloween

Actualizado: 1 nov 2022



¡Halloween! Una de las fiestas preferidas por los niños y no tan niños, una fiesta que combina dos géneros un tanto inconexos, el terror con el humor, e incluso con los dulces y chucherías. Esta fiesta de origen celta se celebra con gran asombro en países como Estados Unidos de América o Reino Unido, en España tiene cierta influencia. Las tiendas (tanto grandes superficies como las de barrio), así como los supermercados, se visten bajo telas de arañas, calabazas y más decoración en sintonía.



La televisión también se llena de más programas bajo el paraguas de "especial Halloween", incluyendo a programas infantiles. Y ya sin hablar de grandes plataformas de entretenimiento para el público adulto, que suelen estrenar muchas series y películas de terror. Halloween es el día favorito para disfrazarse de aquello que genere miedo en otros por la diversión de asustar y pedir chuches a través de ese: "truco o trato".


Destripando el miedo por Halloween.

Esta festividad suele atraer a muchas personas, parece ser que a ciertas personas les gusta pasar miedo. De forma breve, el miedo es una emoción poderosa, es la que se ocupa de activar todos los mecanismos necesarios de lucha, huida o parálisis ante una (posible) amenaza.







El ser humano es una especie curiosa como tantas otras, nos suele gustar aquello novedoso. Una de las cosas que más nos atrae es aquello que da miedo, el miedo es una emoción cuya reacción es muy intensa. Está claro que a todo el mundo no le gusta pasar miedo de la misma forma.


El miedo está controlado por el sistema límbico, la amígdala es la dirá si un evento es peligroso o no. Si lo es, activará todos los distintos sistemas para preparar al cuerpo (como el Sistema Nervioso Autónomo, las glándulas suprarrenales y el hipotálamo).


Miedos en la infancia.

Hay muchos miedo naturales y propios de cada etapa de la infancia, son miedos adaptativos que desaparecen por sí solos con el paso del tiempo, como el miedo a los extraños (8 meses de edad), la oscuridad (3 años), los monstruos (3 años) y la muerte (7 años).


Desde el mundo adulto podemos diferenciar entre realidad y fantasía, pero para los niños, la fantasía se entrelaza con la realidad. Por ello mismo, al igual que pueden creerse superhéroes, también pueden pensar que bajo su cama hay algún monstruo o que tras las sombras, se esconde algo maligno.


Halloween como contexto seguro.

Esta festividad puede ser un impulsador para luchar contra esos miedos que atormentan a los niños. Disfrazarse la familia entera de aquello que supuestamente debe de dar miedo y ser temido puede ser algo realmente positivo. La banalización y humor en cuanto a los disfraces, así como hacerlo en un contexto seguro (en familia) y con una recompensa dulce, suele ser muy positivo para los menores.


Los disfraces y todo lo relacionado con la decoración de Halloween en las calles, casas y comercios puede generar miedo, pero al fin y al cabo será un miedo controlado y en parte tolerable. Por lo que, puede hacer que los niños sepan también cómo reaccionar y manejar ese miedo.


Cuidado con un exceso de sustos.

En la adultez.

Siguiendo a lo comentado más arriba, el miedo en un contexto seguro puede ser una fuente de dopamina (y adrenalina), una hormona que se activa ante la felicidad y excitación, ya que muchas personas encuentran excitante pasar miedo. Aunque no se activaría la misma respuesta de miedo en un pasadizo de terror de la feria que si te siguieran por la noche. Ya que la diferencia radica en que uno es un miedo CONTROLADO, en un entorno seguro sabiendo que nada de lo que ves es real. Por eso mismo hay personas que disfrutan viendo películas de terror, saben que es ficción y lo que quieren es "sentirse vivos".


Mientras que a otras personas no les gusta ver películas así porque su circuito de recompensa no se activa, o lo hace de forma muy pobre en estas situaciones.


El por qué del disfraz.

La identidad no sólo se construye en la adolescencia, sino a lo largo de toda la vida. Esto hace que queramos buscar nuevas experiencias, siendo Halloween un espacio seguro y libre para poder explorar y experimentar nuevas sensaciones.


Esta noche de terror puede conducir en adultos a querer disfrazarse para esconderse tras una máscara y poder ser otra persona, esconder atributos que no le gustan (cómo partes de su físico) por otros con la intención de ser anónimo y poder tener una nueva "identidad" en un contexto social sin sentirse juzgado. Los disfraces son vehículos de comunicación social, la gran mayoría de la gente no se disfraza estando solo, cuando va a haber otros presentes que se espera hagan lo mismo.


Los disfraces promueven:

  • La creatividad: Permite huir de tareas cotidianas para realizar un proyecto con el que nos sentimos contentos, permitiendo dar rienda suelta a la imaginación.

  • La transgresión de lo correcto: Un disfraz suele buscar lo menos políticamente aceptado que exista, como puede ser la aceptación de cuerpos putrefactos (zombis) o la excesiva sexualidad, como los disfraces muy provocativos de brujas.

  • Liberar deseos reprimidos.



¡Disfruta de la noche del 31!

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