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La montaña rusa del TLP (Trastorno Límite de la Personalidad)

Causas, síntomas y tratamiento.


El Trastorno Limítrofe/Limite de la Personalidad (TLP) o Borderline en inglés, es una enfermedad psicológica grave con un diagnóstico complejo. Es considerado como el Trastorno de la Personalidad más grave y prevalente.

Se caracteriza principalmente por un comportamiento rígido e inflexible que le genera a la persona problemas en su entorno. Estas llegan a afirmar que viven en una continua montaña rusa emocional (marcada por una gran inestabilidad emocional), debido a que no experimentan emociones neutras, todas las viven de forma muy intensa. Asimismo, les cuesta volver a recuperar el estado emocional de base tras cualquier tipo de acontecimiento que les perturbe. Finalmente, todo ello va unido a una alta impulsividad debido a su poca tolerancia al aburrimiento, lo que puede resultar en que participen en conductas de riesgo.




Esta emocionalidad llega a ser tan intensa que incluso muchas personas con TLP afirman que "sienten tanto" la realidad que les duele en exceso. Aparte, muchas de estas personas tienen un gran pánico a ser abandonados, lo cual se traduce en la realización de múltiples conductas (no siempre adaptativas) para evitar estar solos.


Existe una característica muy definitoria en la diferencia entre personas con y sin TLP. La mayoría de personas sin TLP tienen la opción de cambiar su patrón de respuesta cuando no consiguen lo que quieren o tienen consecuencias negativas. Ahora bien, las personas con un Trastorno de Personalidad no lo hacen, usan el mismo patrón una y otra vez, aunque no funcione y sea perjudicial para ellos. Esto se conoce como patrones de mala adaptación, ya que no se ajustan adecuadamente al entorno.


Hasta no hace mucho se consideraba el TLP como un trastorno más frecuente en mujeres, a día de hoy parece ser que no existen diferencias de género. Tiene una prevalencia de entre un 0.5 - 5.9% en población adulta. Algunas personas pueden mitigar el malestar mediante el arte, como con poesía, música o pintura.


Causas del TLP
  • Anomalías cerebrales: Parecer ser que estas personas tienen una disminución en la función serotoninérgica, la cual tiene un efecto efecto inhibitorio en el cerebro e influye en los estados emocionales y el sueño. También se ha descubierto que estas personas tienen mayor activación en la amígdala y menor en la corteza prefrontal, lo cual podría estar relacionado con la impulsividad. Mediante neuroimagen se ha hallado que el volumen del hipocampo y la amígdala es algo menor.

  • Genética: No hay ningún gen específico del TLP, pero sí se ha descubierto que hay hasta seis veces más posibilidades de predisposición genética a ciertos rasgos de TLP si uno o ambos progenitores lo sufren.

  • Acontecimientos vitales adversos: Como haber sido separado de los padres o ser huérfano, sufrir abuso sexual o violencia física/verbal en la infancia, así como cualquier evento que le haga sufrir estrés al menor de forma muy intensa aumenta el riesgo de sufrir TLP.

  • Patrones de crianza: Un entorno que no enseña a regular emociones, vida familiar conflictiva, carencia afectiva, así como un ambiente muy invalidante entrarían en este grupo.

  • Comorbilidad: Sufrir de TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad) puede ser un precursor para sufrir también un TLP. Puede ocurrir lo mismo con el Trastorno Negativista Desafiante.




Las causas más determinante son todas aquellas que tienen que ver con el ambiente, la genética puede cargar la pistola, pero es el ambiente quien dispara.













Síntomas

Las personas con TLP presentan un patrón de inestabilidad emocional, interpersonal, de autoimagen e impulsividad. Esta inestabilidad hace que tengan relaciones caóticas y poco duraderas, así como un gran dolor emocional. Pueden llegar a percibir cambios muy sutiles del estado de ánimo en otras personas.



TLP e inestabilidad emocional y social

En el ámbito emocional, estas personas viven en una montaña rusa emocional constante, se desbordan con mucha facilidad ante cualquier pequeño estímulo.


Estas personas al inicio de cualquier relación pueden ser muy sumisas, incluso seductoras. De igual forma, son personas por lo general muy intensas y extremistas llegando a idealizar al otro en muy poco tiempo. Sin embargo, cuando se dan cuenta que ese otro no hace las mismas respuestas ni se implica de la misma forma, dejan de idealizarle y le repudian. Pasan muy rápido del "te necesito" al "te odio". En definitiva, son maestros en autosabotaje emocional.


Tienen un gran miedo en ser abandonados, esto puede llevar a perdonar conductas muy hirientes como que su pareja le ponga los cuernos. En el otro extremo, puede llevar a la persona con TLP a sufrir de celos patológicos hacia la pareja o amistades incluso cuando no hay motivo aparente.


En todo momento, la persona busca "perder" su identidad para fundirse con el otro, no quiere estar sola, pero cuando esto falla, pueden sufrir una crisis.


Crisis de TLP y síntomas psicóticos

Muchas personas con TLP describen que sufrir una crisis es ser arrastrados por un "tsunami emocional". En este tsunami las emociones ganan a la persona y puede tener comportamientos de regulación no útiles ni apropiados, como realizar conductas autolesivas o pensamientos de suicidio. Además, pueden mostrar mucha ira, mucho miedo al abandono y sentimientos de vacío, por ejemplo. Tras las crisis, la persona sufre una gran vergüenza y arrepentimiento por sus actos. En estas crisis, sufren tanto la persona afectada como su entorno más próximo. Lo mejor que se podría hacer es acompañar a la persona y mostrarle afecto, ya que es lo que piden, aunque lo pidan de forma muy desadaptativa.


Cuando la persona vuelve a estabilizarse, puede ocurrir que recuerde poco del episodio (amnesia) o no sea consciente de todo lo vivido debido al mal control del estrés y la gran presión emocional que sufrió. Otros síntomas que puede sufrir son despersonalización (se siente fuera de su cuerpo), desrealización (se siente el entorno extraño) y alucinaciones auditivas. Todo ello porque llegan a sentir un gran nivel de dolor en la realidad.


TLP y autolesiones

Las autolesiones indican GRAVEDAD en cualquier trastorno, pero son tan frecuentes en el TLP que incluso es un síntoma inclusivo en el DSM-5 (manual diagnóstico y estadísticos de los trastornos mentales).


Las autolesiones (sean del tipo que sean) suelen tener un carácter DISFUNCIONAL de regulación de emociones, ya que suele tener el "objetivo" de evasión de la realidad o de castigo. La persona que lo realiza no tiene porque buscar la muerte, puede que ni se le pase por la cabeza. Lo hace únicamente porque es la forma que ha aprendido a regularse y dejar de sentir ese dolor o presión emocional, desviando ese dolor psicológico a uno físico como una forma de somatización.


Si bien es cierto que a corto plazo esta regulación disfuncional puede tener ese efecto "regulador" deseado para la persona, si esto es recurrente se puede habituar a la conducta autolesiva y aumentar la intensidad de esta para sentir lo mismo, pudiendo aproximarse más a la MUERTE. También puede tener un factor social, como una forma de venganza, de culpabilización o de conseguir una respuesta en otros.


Las autolesiones son un factor de riesgo de suicidio, ya que a la persona se le puede ir de las manos. Hasta un 70% de estos pacientes cometen al menos una vez un intento de suicidio, y más de la mitad lo repite.

TLP e impulsividad

La persona que sufre TLP es muy poco tolerante al aburrimiento, por eso realiza conductas temerarias. Se desbordan con bastante facilidad, más por hechos internos (como un miedo infundado a ser abandonado) que externos (lo que realmente pase en la realidad). Esta impulsividad unida a un bajo control pueden dan lugar a conductas de riesgo como conducción temeraria, sexo sin protección ni control, uso de sustancias e incluso, autolesiones. Por otro lado, también pueden participar en conductas delictivas, como pequeños hurtos.


El fin última de estas conductas impulsivas no es otro que mitigar ese malestar emocional que sufren, como no conocen técnicas de regulación útiles, hacen cualquier cosa para dejar de "sentir" la realidad o sentir otros síntomas distintos a los que sufren.


Comorbilidad

Este término médico quiere decir que pueden existir uno o más trastornos añadidos al de base, es decir, que el TLP puede darse con otros trastornos a la vez que pueden empeorar los síntomas y el pronóstico. Los más comórbiles son:

  • Trastornos del estado de ánimo: Destacando el Trastorno por Depresión Mayor y el Trastorno Bipolar.

  • Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA): Más que hablar de Anorexia Nerviosa y Bulimia Nerviosa, en el TLP pueden darse las conductas impulsivas características de los TCA, esto es, atracones y purgas.

  • Trastornos por consumo de sustancias: Son muy prevalentes debido a que los une una alta impulsividad.

  • Trastornos de ansiedad: Principalmente en Trastorno por Estrés Postraumático (TEPT).

También se ha encontrado un solapamiento de síntomas del TLP con el TDAH en adultos.


Tratamiento

El mejor tratamiento incluye farmacología (en síntomas más graves) + Terapia Dialéctica-Conductual (conocida como DBT por sus siglas en inglés). También la Terapia Cognitivo Conductual se ha mostrado efectiva. Por ello, es muy importante la puesta en escena del profesional de la psiquiatría y de la psicología.


Los síntomas de impulsividad son los que remiten con mayor facilidad. Los relacionados con las relaciones interpersonales e inestabilidad emocional son más complejos.




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