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¿Cómo resolver problemas?

Actualizado: 23 nov 2021

“La mayoría de las personas gastan más tiempo y energías en hablar de los problemas que en afrontarlos.” Henry Ford.

A lo largo de la vida vamos a encontrarnos obstáculos que nos harán poner a prueba, a veces, necesitaremos ayuda de nuestro entorno para resolverlo, otras veces podremos solos y otras veces hay problemas que no tienen solución, desafortunadamente.

Pero bien ¿Qué es un problema? Creo que todos estaremos de acuerdo en definir problema como un conflicto que hay que resolver para obtener un resultado.


En esta entrada vamos a centrarnos en cómo resolver los problemas cuyo estresor está identificado y está presente. Por lo que, en casos cuyo estresor no está presente (como por ejemplo la pérdida de un ser querido), no sería recomendables las siguientes pautas.


Normalmente, las personas se bloquean ante problemas difíciles. Es más, a mayor complejidad del problema, mayor es la parálisis y el miedo a enfrentarse a él, como si el hecho de quedarse inmóvil fuese a ayudar en la resolución del mismo. Por eso mismo, lo primero que hay que lograr es vencer esa paralización mental que nos impide afrontar el problema adecuadamente.

Pautas a tener en cuenta:

En primer lugar, CAMBIAR LA ACTITUD.

Los problemas forman parte de la vida, en todos los momentos de la vida hay problemas, de distinta intensidad e índole, pero problemas, al fin y al cabo. Si creemos que éstos son horribles e insufribles, difícilmente estemos en disposición a poder hacerles frente. Cambiar la actitud no hará que el problema se vista de rosa e importe menos, pero sí que ayudará a poder manejarlo de una forma más adaptativa y útil. De la misma forma que tener presente que no siempre hay una solución perfecta, sino una solución "menos dañina".


DEFINIR EL PROBLEMA.

Suele ser sencillo, aquí nos ocuparemos de concretar, definir y limitar el problema. También es importante recabar información sobre cuándo ha aparecido, cuánto tiempo está durando, qué (posibles) causas tiene y cuál es la actitud que se tiene ante él, así como sus intentos de solución. Añadir la posible evolución que pueda tomar de NO hacerle frente puede ser útil, como una forma de motivación para no llegar hasta ahí.


GENERAR SOLUCIONES

Llegados aquí, sabemos mucho sobre el problema, tanto su origen y cómo nos afecta, entre otra información adicional. Ahora se trata de generar tantas soluciones posibles como se nos venga a la cabeza. ¡También hay que apuntar las más disparatadas y locas! Cuando se dice todas las soluciones posibles, son todas las posibles. Todas son aprovechadas y no se juzgan. Este simple gesto es una prueba de que la inmovilidad ante el problema se empieza a romper.

Como mínimo habría que tener dos opciones, pero repito, cuanto más, mejor.


VALORAR CADA SOLUCIÓN.

Ahora sí que se valora cada solución de las generadas. Una forma de valorarlas es: En un folio A4 en posición horizontal se escribe en la parte superior la posible solución, en medio del folio se traza una línea que sirva para crear dos columnas. En la columna de la izquierda pones el símbolo "-" (menos) y en la de la derecha "+" (más).


Con esto realizado, hay que pensar todas las posibles consecuencias negativas (-) y positivas (+)

>Puntuar cada solución. Cada solución "-" y "+" debe de ser valorada entre 1 (poco) y 10 (mucho) para saber qué nivel consecuencias tendría.

>Hacer el sumatorio. Se suman por un lado las consecuencias "-" y por otro, las "+". Si hay más positivas, es un indicio de que la solución presenta más pros que contras, de haber más negativas, no parecería ser una solución viable.

Repetir esto con cada solución.


DESCARTAR SOLUCIONES NULAS.

Las soluciones cuyas puntuaciones positivas sean bajas o las negativas muy altas se pueden eliminar. Una buena forma de desprenderse de esa solución es rompiendo esa hoja, como un símbolo de abandonar ese pensamiento que no aporta nada.


COMPARAR SOLUCIONES VÁLIDAS.

Frente a ti deberán quedar aquellas posibles soluciones que pueden ser útiles. Ahora toca compararlas según sus consecuencias, para ver cual puede ser mejor. ¡Tómate tu tiempo! Hay que analizar cada opción y su puntuación.


ELEGIR UNA SOLUCIÓN.

Llegados a este punto habrás elegido la solución que se presenta como la más sensata, esto es un gran y poderoso avance. Es posible que, aunque tengamos la solución, no sea fácil llevarla a cabo. No te preocupes, siempre hay piedras en el camino, pararnos a mirarlas o rodeándolas para seguir será lo que marque la diferencia.

¡Recuerda romper el resto de hojas! Ya no sirven ni para reflexionar, ¡Hemos elegido una solución!


LISTADO DE ACCIONES PARA LA SOLUCIÓN ESCOGIDA

Sin importar la solución, no va a llegar por arte de magia, sino que habrá que realizar acciones para acercarse cada vez más a ella. Puede asustar lo lejos que parece la meta deseada, pero para ello podemos servirnos del desglose de la solución. Esto es, dividir la decisión en comportamientos más sencillos, de tal forma que la consecución de todos ellos de forma secuencial, nos acercará cada vez más a la meta.

Una forma de apuntarlo es esta: En un folio A4 en posición horizontal, escribir arriba la solución/meta escogida (¡Tiene que estar siempre presente!), dividiremos el folio en 5 columnas. De izquierda a derecha las columnas serán: Acción, Fecha, Cómo llevar a cabo la acción, Reacción del entorno y Cómo enfrentarme a esa reacción del entorno.


Las acciones deberán de ordenarse de forma cronológica, siguiendo un orden temporal y secuencial. La fecha sirve como un tiempo máximo para realizar esa acción, de esa forma no hará que nos durmamos en los laureles. En la reacción del entorno se escribirán (en el caso de que haya) cómo pueden responder nuestros familiares, amistades y aquellas personas que pueden influir en la acción. Por último, habrá que anotar cómo nos enfrentaremos a esa reacción del entorno en el caso de que sea negativo (si procede).



/CONSEJO: Hay que intentar adelantarse a posibles acontecimientos que puedan sobrepasarnos o que creamos que nos harán flaquear. La improvisación no debe de tener lugar.









REFORZAR NUEVA POSICIÓN.

Finalmente, tras todo lo anterior hay que impedir volver a caer en el mismo problema. Por eso mismo, hay que tomar distancia entre nosotros y el problema. No podemos caer en un bucle donde repitamos todo el proceso.


Todos los cambios llevan aparejados cierto malestar, porque implican cambios (de residencia, amistades, etc.) Por ello, sería adecuado que para evitar este malestar:

  • Rodearse de personas que te apoyen.

  • Hacer ejercicio.

  • Mímate.

  • Dedícate más tiempo a tus hobbies o a buscar algunos nuevos.

  • Intenta pensar más en positivo. No es lo mismo decir: "Un día más" que "un día menos".


¿Conocías esta forma de resolución de problemas? ¿Cómo lo hacías hasta ahora? ¡Cuéntame!

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