De Jorge Bucay.
Esta es la historia de un sastre, un zar y su oso.
Un día el zar descubrió que uno de los botones de su chaqueta preferida se había caído. El zar era caprichoso, autoritario y cruel (como todos los que se enmarañan por demasiado tiempo en el poder), así que, furioso por la ausencia del botón mandó a buscar al sastre y ordenó que a la mañana siguiente fuera decapitado por el hacha del verdugo.
Nadie contradecía al emperador de todas las Rusias, así que la guardia fue hasta la casa del sastre y arrancándolo de entre los brazos de su familia lo llevó a la mazmorra del palacio para esperar allí a su muerte.
El sastre, en reverencia y caminando hacia atrás, comenzó a retirarse mientras musitaba agradecimientos.
Cuando todos en la casa lloraban por la pérdida del padre de familia, el sastre apareció en la casa en el carruaje del zar, sonriente, eufórico y con regalos para todos. La esposa del sastre no cabía en su asombro. Su marido que pocas horas antes había sido llevado al calabozo volvía ahora, exitoso, acaudalado y exultante...
Cuando estuvieron solos el hombre le contó los hechos.
Moraleja.
Este cuento puede darnos diferentes reflexiones. Por un lado, tenemos la esperanza y fortaleza que sostiene el sastre en la forma de librarse de la muerte, enseñando al oso hablar. Actúa con la naturalidad de un comercial, creyéndose su producto y alabando que es el mejor del mercado, puede ser mentira o verdad, pero lo que está claro es que es capaz de vender el producto.
Tampoco nadie conoce el futuro a ciencia cierta, el futuro es incierto a pesar de parecer claro el camino a seguir. Ser conscientes de que no tenemos el control de todo lo que ocurre a nuestro alrededor puede ser algo estresante, aunque para el sastre es una ventaja porque lo mismo el oso llega a hablar o alguno de los implicados muere, ya sea él mismo, el oso o el Zar.
Por otro lado, podemos reflexionar de la importancia de los problemas, muchas personas consideran que una vida feliz es aquella sin problemas, pero lo realmente apropiado es saber cómo actuar ante ellos debido a que la vida no es un camino de rosas. El ingenio puede ser un una gran herramienta, ya que puede aportar soluciones a problemas aparentemente dificultosos. El sastre fue ingenioso y pudo liberarse de su muerte, al menos por dos años, siendo imprescindible para el rey. Dos años que puede utilizar lo mejor posible debido a que nunca se sabe cuando será el último día.
El optimismo de ver el lado bueno de lo que ocurre, otro hombre podría verse superado al pensar que dos años son muy poco para vivir. Sin embargo, el sastre lo ve como una bendición, como una victoria para al menos, seguir viviendo el tiempo que sea.
Llevando esto a la última reflexión. Hay que vivir cada día como el regalo que es, ¡Muévete! ¡Haz cosas! y haz que tu vida tenga sentido para cuando llegue el final, no arrepentirte de nada que quisieras hacer y no hiciste.
¿Y a ti? ¿Se te ocurre alguna otra reflexión? ¡Te leo en comentarios!