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FÁBULA: La rana y el escorpión

Foto del escritor: PsicoPiramidePsicoPiramide

Actualizado: 26 jul 2022


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Esta fábula de autor desconocido, puede servir para ejemplificar cómo es la adolescencia y cómo se toman muchos riesgos sin tener ningún tipo de prudencia. Por otro lado, puede originar un debate sobre cuál es la auténtica naturaleza de cada ser viviente. Esta adaptación sigue así:

Había una vez una rana sentada en la orilla de un río, cuando se le acercó un escorpión que le dijo:



Y la rana, después de pensárselo mucho se dijo a sí misma:


Y la rana, después de pensárselo mucho se dijo a sí misma:


El escorpión se colocó sobre la resbaladiza espalda de la rana y empezaron juntos a cruzar el río. Cuando habían llegado a la mitad del trayecto, en una zona del río donde había remolinos, el escorpión picó con su aguijón a la rana. De repente la rana sintió un fuerte picotazo y cómo el veneno mortal se extendía por su cuerpo. Y mientras se ahogaba, y veía cómo también con ella se ahogaba el escorpión, pudo sacar las últimas fuerzas que le quedaban para decirle:


Y entonces, la rana se dirigió al escorpión y le dijo:

Y poco después de decir esto, desaparecieron los dos, el escorpión y la rana, debajo de las aguas del río.


Moraleja.

A simple vista, parece que la fábula hace alusión al dicho: quien nace lechón, muere cochino. Pero no hay que caer en el ERROR de que el cambio no es posible. Realmente siempre estamos cambiando, el mundo gira y nosotros lo hacemos con él. No somos la misma persona que hace 4 meses ni 4 años, las experiencias nos moldean y cambiamos como ser humano. Es más, los eventos traumáticos como un accidente de tráfico o la superación de un cáncer pueden llevar una transformación muy marcada en la personalidad del individuo, no nos referimos a ningún trastorno de la personalidad, pero aquellas personas que han estado cerca de la muerte suelen replantearse sus valores y metas, viviendo más intensamente que antes de ese evento, por ejemplo.


También otros eventos como puede ser la emancipación del hogar, la entrada al mundo laboral o el tener un hijo suelen ser cambios que llevan aparejados otros cambios. Por ejemplo, el que se va de casa de sus padres por primera vez para vivir en un piso de estudiantes es necesario que aprenda a lavar, limpiar, hacer la compra y otras muchas más obligaciones que quizás antes no le prestaba importancia. Y dentro de cada cambio hay otros cambios, esto es, podemos saber hacer la compra, pero luego está quien sabe ahorrar buscando la mejor calidad-precio en los productos que compra.


El cambio no está solo presente en los seres humanos, también está en los animales. Es más, los perros abandonados y/o maltratados suelen ser agresivos y desconfiados, pero si se les da amor, se vuelven los seres más leales y cariñosos que podríamos tener. Por lo que, si ellos pueden cambiar, ¿por qué nosotros no?


Por otro lado, sabemos que existen muchísimas emociones, y cada día podemos oscilar entre varias de ellas, ¡incluso podemos sentir varias al mismo tiempo! Y todos sabemos que una misma situación se interpreta de forma distinta según la emoción. Hay días que por muy nublado que esté fuera, nosotros llevamos un sol enorme en nuestro interior, y hay días en los que hay hechos tan aparentemente insignificantes (como que pierda nuestro equipo de fútbol, se cancela la serie que esperábamos temporada nueva,...) o no que vemos el resto del día gris por mucho sol que haya fuera.


Finalmente, muchas personas suelen refugiarse en esta fábula para justificar que el cambio no es posible, que al final siempre volvemos a nuestra "naturaleza primaria", pero, si realmente la naturaleza del escorpión era matar a la rana... ¿no lo habría hecho en un principio? Sea como sea, la historia también nos enseña a ser cautos y no confiar solo en palabras bonitas, como intentó la rana en un principio. Por otro lado, deja ver como a veces la impulsividad puede ser dañina, como le pasó al escorpión.


¡Todos somos ranas y escorpiones! Podemos oscilar entre un extremo y otro... ¡Y está bien! No es nada malo.


¿Y tú? ¿Cuál crees que es nuestra naturaleza? ¿Existe el cambio? ¡Te leo abajo!



 
 
 

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